Las revistas forman parte de un medio de comunicación y fuente de entretenimiento para millones de personas, por lo que son una vitrina atractiva para las marcas que buscan llegar a públicos más sementados y afines a sus valores o productos. Algo que no se puede perder de vista es que, al igual que los periódicos y medios electrónicos, las revistas se han tenido que adaptar a los cambios en los hábitos de consumo, al adoptar los medios digitales con versiones web y móviles de sus contenidos para no perder fidelidad o alcance.
Las revistas son un medio de confianza. Leer una revista es una elección activa, significa interés y significa confianza hacia la publicación. Por eso, el medio impreso siempre ha sido capaz de contagiar a la publicidad todos sus valores positivos. Valores tan importantes como la credibilidad. Además, en el medio revistas al contrario que en otros medios es el lector quien controla y administra el tiempo de exposición, a los contenidos editoriales y a la publicidad. Y eso también acentúa su eficacia como medio.
La publicidad en revistas proporciona ventajas significativas frente a otros medios publicitarios disponibles para anunciantes; la mejor calidad de color y acabados que nos ofrece en contraposición a otros tipos de soporte hace de este medio un portal muy eficaz y respetuoso para las marcas, la infinidad de formatos, precios y posibilidades son otros de los factores que flexibilizan estas ofertas, la distribución organizada y dirigida a unos grupos específicos y muy bien delimitados que proporcionan sobre todo las revistas especializadas son de mucha ayuda a la hora de posicionar una marca con unos objetivos y targets delimitados. Debido a la variedad de títulos y temáticas es importante saber en qué público queremos introducir nuestro producto o servicio. Muchos anunciantes no calculan el alcance de gran calidad que les proporciona la publicidad en este medio. Hace un tiempo me comentaba un empresario el gasto anual que hacía en buzoneos y la comparativa tanto cuantitativa como cualitativa fue un evidente argumento.